Estudio urbano teórico sobre las posibilidades de nuevo desarrollo.
El proyecto plantea tejer el vacío que existe actualmente entre el barrio de La Montaña y la Huerta y el caso urbano de Aranjuez.
Pese a la diferencia de cota entre La Montañana y la explanada de las Huertas, que desconecta ambas zonas, el deseo de conexión de los habitantes ha marcado con el tiempo multitud de senderos que salvan esta distancia.
Partiendo de las trazas de estos senderos, creados ya con los recorridos y pendientes adecuados para su uso, la propuesta plantea aprovechar esta zona como nexo de unión.
Para ello se recuperan y revisan estos senderos, estableciendo algunos nuevos trazados para facilitar su uso accesible. Asimismo, se utiliza la gran pendiente en nuestro propio beneficio, creando una serie de miradores que se asoman por encima del núcleo tradicional de Aranjuez y permiten la vista del horizonte. De igual forma, se facilita y potencia el acceso y disfrute del patrimonio presente en la Azuda de la Montaña.
Más allá de los senderos marcados, la gran pendiente impide establecer actividades en la zona sin realizar un importante movimiento de tierras, que no parece necesario. En lugar de utilizar la enorme cantidad de recursos que ello supondría, se opta por el mantenimiento de la topografía del terreno, que permite resaltar los miradores y establecer una gran área en la que practicar ciclismo de montaña.
En la parte este de la zona de intervención el terreno sí tiene la planeidad suficiente como para proponer la creación de una gran zona deportiva que sirva de encuentro entre el Aranjuez “alto” y el “bajo”.
Se propone la utilización de especies vegetales autóctonas, así como de alguna especia cuyo uso no está extendido en Aranjuez, pero que, por su características, resultan de utilidad para la propuesta.